Visité la Casa Azul a finales del 2007. Casi no había nadie y la vimos lentamente, aún con sensación de nomelopuedocreer!! Como era de esperar no quise irme sin besar árboles friduchos, así que besé uno del jardín interior y otro que está afuera, cerca de la puerta de entrada general entre las míticas calles Londres & Allende.
Hay besosdeárbol muy especiales, y este es uno de ellos. Muchos años escuchando, soñando e imaginando los colores de este lugar: San Blas. No hubo decisión mejor para aquel sábado de noviembre, recién llegada de Morelia, que preparar las mochilas e irnos de aventura tranquila hasta ese pequeño pueblo del pacífico mexicano.