Después de tanto animar a su hija, sobrinos y amigos, Andrea me sorprendió con esta foto. Ella, como siempre, tan considerada con quien sufre, ya sea persona, árbol o perro.
Me contó que le impactó verlo caído, tanto por su cercana inmensidad, como por la tristeza que le provocó el hecho de que tal y como estaba ya se había acabado su vida. El lado positivo fue treparse a este tronco, pues se convirtió en super heroína arbórea, aunque le dio un poco de miedo, y después al bajar le dio risa al verse toda verde de musgo.
Me contó que le impactó verlo caído, tanto por su cercana inmensidad, como por la tristeza que le provocó el hecho de que tal y como estaba ya se había acabado su vida. El lado positivo fue treparse a este tronco, pues se convirtió en super heroína arbórea, aunque le dio un poco de miedo, y después al bajar le dio risa al verse toda verde de musgo.
En palabras de Andy: estas son des-gracias de la naturaleza... Y yo me pregunto: ¿qué racha de viento lo habrá matado? ¿y por qué este árbol? ¿cuánto tiempo llevaba caído? y ¿seguirá así ahora? ... deberé de investigar dándome un paseo hasta el jardín botánico.
Andrea Castro besó a este árbol caído del Castriño (Vilagarcía de Arousa - Pontevedra) en junio de 2010.