viernes, 21 de mayo de 2010

El poema de CocoMamá

Árbol frondoso que en el campo creces
para darnos tus frutos de sabores.
Tú perfumas, produces y floreces,
aunque sientas del tiempo los rigores.
Eres refugio para el caminante
que viaja por senderos abatido,
y además de tu sombra refrescante
en tus ramas el ave hace su nido.
Bendito seas, oh! árbol prodigioso!
que aunque te hayas clavado entre los suelos
oras a Dios con tu ramaje hermoso
que se alza eternamente hasta los cielos.
 
Poema al Árbol  de CocoMamá.

La llegada a Guadalajara fue brusca, agitada y con malas vibras. Pero no quedaba de otra: había que ir y estar. A pesar de los malos e in-evitables momentos, hubo cosas chidas como los atentos desayunos de Soledad, el cine de mediodía, los helados de yogur, con todos los cafés y el último con Ramsés. También fueron emocionantes la bienvenida y despedida de Coco(hija). Pero ¿por qué estoy escribiendo esto aquí? Porque a las pocas horas de haber llegado a GDL, ya era "de tarde" a este lado del charco, y por lo tanto, ya pudimos ver vía internet el vídeo de mi entrevista en DGPM. Entonces nos conectamos, se lo enseñamos a Cocomamá y al tío Luis, y al acabar, la abuela de Augusto me recitó un poema que recuerda desde niña, que le enseñaron en la escuela, está dedicado a los árboles, y que le pedí lo repitiese para escribirlo y guardarlo. Me quedé prendida a sus versos, y sobre todo, la ceremoniosa manera de recitarlos, tan concentrada y cansada por los años y sus achaques, pero como diría su nieto querido: ¡qué hermoso!
 
Esta entrada no tiene beso-de-árbol, pero es la 2ª con un poema a los árboles (recordemos la entrada de la recién casada en azules, Lía Santiso). La quiero documentar con esta foto: es un pino en la colonia del Sauz (Guadalajara-Jalisco), a donde fuimos con Coco a recoger un montonal de cosas que nos guardaban en su piso. Ropa, libros, discos, cuadros, que volaron hasta acá para guardarse definitivamente. Este árbol llevará años allí, sólo lo vi desde la escalera, como el histórico buzón de abajo, y que no besé porque ese lugar es muy ajeno, casi como los años en que Cocomamá memorizó el poema, como ese lugar en el que no pinto ni quiero pintar nada. Mejor me quedo con los versos de la abuela y le mando un beso para ella. Gracias por el recital (sábado 18 de diciembre de 2009 en Guadalajara-Jalisco, México).

Foto: Marta Rial

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